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Rabia[]

Al sureste Africano cercano a la región de Kylosa había una sequia como no se había visto en décadas, la hierba y plantas denotaban la falta de agua, el aire era muy seco y agotador no se percibían ni la más mínima cantidad de humedad pero aun así en medio de una inmensa llanura un hombre de mediana edad caminaba abriéndose paso entre la hierba seca con un machete viejo, además usaba un palo grueso para ayudarse a caminar entre el difícil terreno, detrás de él iba su hijo, un joven de unos dieciséis años con complexión delgada y cabello hasta los hombros y  un poco rizado, el llevaba un arco al hombro y un carcaj a la espalda, de su pecho colgaba un gran cantimplora que parecía casera hecha a base cuero, los dos llevaban fuera de casa casi dos días en busca de alimento, la sequia que azotaba la región había dado como resultado una mala cosecha y para sobrevivir tenían que cazar, necesitaban por lo menos un ciervo o un buen jabalí, pero era difícil cazar cansados y con hambre, además que no pudieron conseguir un rifle. Siguieron caminando bajo el agotador sol por casi una hora hasta que el padre necesito parar un rato a descansar y beber un poco de agua, cuando se llevaba la cantimplora a la boca algo llamo su atención a lo lejos y levanto su mano derecha y le señalo extrañado a su hijo.

-¡Hey Amir! Ves eso, allá a lo lejos.

Amir se llevo una mano sobre sus ojos para taparse del sol y poder ver mejor a lo lejos y lo único que pudo ver fue una inmensa cerca.

-¿La cerca dices?

-Si... no estaba el mes pasado que venimos por aquí.

Por esa región era difícil ver cercas pues nadie acostumbraba o mejor dicho nadie podía costearse una y  la reserva natural más cercana estaba a kilómetros de distancia, además está cerca era más extraña pues parecía recién colocada y muy resistente y encerraba una gran área.

Los dos decidieron acercarse más para mirar de cerca que había tras la reja y caminaron hasta acercarse lo suficiente como para  poder tocarla, era muy extraño, parecía alguna base militar inmensa en construcción con varios camiones en movimiento tenía varias torres de guardia en proceso de  construcción, incluso algunas ya eran custodiadas por francotiradores la construcción parecía ser inmensa pero lo más extraño es que parecía que la mayor parte se ocultaba bajo tierra pues había inmensas excavaciones, a lo lejos se acercaba un Jeep que patrullaba y cuando paso enfrente de ellos freno en seco, el padre tomo a Amir por los hombros y lo obligo a esconderse entre la hierba el hombre del Jeep que iba vestido como un militar saco sus binoculares y apunto en esa dirección pero no debió haber visto nada pues al cabo de unos segundos continuo con su camino.

-¿Pero qué demonios es esto? -Pregunto para sí mismo el padre.

-Deben ser americanos.

-No lo creo hijo ellos siempre izan su bandera en sus bases militares, además porque vendrían a estas tierras olvidadas, además dudo que hasta ellos levantaran esta construcción en tan solo un mes, debe ser una de esas grandes compañías trasnacionales.

-Pero y ¿porque nos escondimos?

-No quiero tener ningún tipo de problema con esa gente, además viste como reacciono el tipo del Jeep al creer que nos había visto, no quiero ni imaginar que hubiera pasado si llegara a descubrirnos.

Amir y su padre se alejaron del lugar cautelosos y tan solo el tramo de reja que recorrieron parecía abarcar un kilometro y medio, después de un rato ya con el sol casi oculto encontraron una zona con arboles mas tupidos, no querían quedarse expuestos entre la inmensa sabana pues podían caer víctimas de un león o hiena, ya habiéndose adentrado entre los arboles el padre de Amir se dispuso a buscar madera seca para encender un fuego y no pasar frio durante la noche y de paso alejar a los animales que también estaban hambrientos por la sequia. Amir por su parte busco unos maderos para resguardar el área y no dormir directo sobre el suelo, al final consiguió encerrar el lugar con ramas que corto con su machete, además de dos hamacas para dormir, cuando su padre regreso con suficiente leña para mantener el fuego encendido toda la noche la apilo en el centro del refugio y saco unos fósforos para iniciar el fuego. Dentro de los arboles surgió el sonido distintivo que hacen  los jabalís, Amir volteo rápidamente hacia los arboles por los cuales parecía provenir el sonido, lo pensó solo unos segundos y como aun quedaba algo de  luz suficiente, tomo su arco y desapareció corriendo.

-Ahora vuelvo papa.

Su padre no pudo impedírselo pero se quedo muy molesto pues ya antes Amir había sufrido un altercado con un jabalí que lo ataco mientras había ido tras él, igual solo.

Amir se abría paso entre los arboles con su arco listo y cargado con una flecha, al final en un pequeño claro entre los arboles vio a el animal detenerse a beber agua de una charca, apretó el arco con fuerza y estiro la flecha, podía sentir todo como en cámara lenta casi podía sentir el movimiento de su sangre dentro de su cuerpo, casi cuando estaba por soltar la flecha  sintió una fuerza increíble que lo tomaba por los hombros la flecha se le soltó y dio contra un árbol, el jabalí huyo entre los árboles asustado, desapareciendo de su vista.

-¡Pero papa ya lo tenía...!

Pero aquello que lo tomo por los hombros para desgracia de él no era su padre, era un hombre casi desnudo encolerizado y con los ojos muy rojos inyectados en sangre de su boca salía una extraña espuma blanca. Amir era muy ágil lo cual lo ayudo a librarse del hombre con gran rapidez, pero lo extraño es que el hombre parecía querer morderlo.

-¡Idiota! Si tenias hambre pude darte de mi jabalí.

El hombre parecía no escuchar pero se abalanzo de nuevo sobre Amir igualmente con esa inusual fuerza en un hombre, esta vez Amir prevenido tomo rápidamente una flecha y la cargo en el arco hábilmente, amenazo al hombre con dispararle pero  este  no parecía temerle, ni siquiera estaba seguro si el hombre entendiera algo de aquella situación pues este solo parecía pensar en una sola cosa, creía que Amir era alimento y a juzgar por su expresión un  alimento muy suculento, de repente se arrojo sobre el tratando de morderlo, al forcejear los dos cayeron al suelo seco y frio  Amir quedo abajo del hombre que quedo inmóvil entre sus manos, Amir sujetaba la flecha y de ella escurría un liquido caliente que Amir identifico al instante "debe ser sangre". Salió como pudo de debajo del hombre y solo podía pensar ¿A caso he matado un hombre? Bueno el me ataco primero.... ¡Quería comerme el muy imbécil! El nunca había conocido ningún caníbal pero su abuelo le llego a contar uno que otro relato cuando era niño ¿Se habría enfrentado a un caníbal?, pero sus pensamientos fueron interrumpidos de tajo cuando de entre la oscuridad que había ido cayendo surgieron unas luces que parecían provenir de unas lámparas de mano, su padre no llevaba nunca una lámpara consigo, así que decidió esconderse y ver quiénes eran, de entre los arboles surgieron las siluetas de unos hombres altos y fuertemente armados, cuando la distancia se acorto entre ellos  Amir pudo ver que iban vestidos de militares debían ser de aquella base misteriosa que vieron unos kilómetros atrás. Los sujetos siguieron caminando casi hasta toparse con Amir pero uno de ellos se tropezó con el cadáver del aquel hombre que había atacado a Amir

-¡Valla! Bernard este sujeto esta muerto - dijo el primer hombre muy alto y rubio al tropezar con el cuerpo que yacía inmóvil en el suelo.

-Déjalo ya vendrá alguien por el - respondió su compañero que prendía un cigarrillo sin prestar atención.

-Deberíamos llevarlo ¿no crees que tenga que ver con lo que hacen en la base....?

-Que va, no es nuestro problema, pero si insistes... - decía el hombre mientras levantaba al cadáver, pero  cuando vieron su cara llena de espuma que salía de la boca.

-¡Richard ve a la camioneta y avisa a la base por radio, deprisa!

Richard salió corriendo hacia la camioneta y detrás de él, Bernard arrastraba al hombre lentamente, Amir los siguió entre los árboles para poder ver a donde iban, entre los dos hombres  aventaron el cadáver en la parte trasera de la camioneta y se subieron deprisa, Amir alcanzo a leer en la puerta de la camioneta la siglas CIByGT Centro  de Investigación Biológica y Genética Torn, cuando los dos desaparecieron  a toda prisa Amir salió de entre los árboles se sentó en unas rocas y se llevo sus manos nerviosamente a la cabeza y tomo grandes mechones de su pelo como si fuera a arrancárselos, no sabía como de un momento a otro se convirtió en un asesino, bueno en defensa propia pensó tratando de justificarse y recordó al instante lo misterioso de la situación de los militares al ver la espuma que le salía de la boca al hombre, parecían muy nerviosos además ¿Para que necesitaban militares en un centro de investigación? a lo lejos escucho el sonido del jabalí de nuevo, todos esos pensamientos anteriores abandonaron su mente y solo se enfoco en el jabalí al fin al cabo esa era la razón de estar ahí, además de que estaba hambriento.

Encontró fácilmente al Jabalí y le atravesó el abdomen con una flecha, el animal trato de huir pero Amir se acerco rápidamente y lo mato con un pequeño cuchillo que cargaba en su bota, saco una cuerda y amarro al animal por las patas para arrástralo, sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad así que no le fue tan difícil caminar entre los arboles aunque el animal se atoraba constantemente con las ramas del suelo, de repente escucho otro jabalí muy cerca e instintivamente soltó el lazo y saco su arco, parecía estar de suerte si no fuera por el encuentro con aquel hombre. De entre los árboles surgió el segundo jabalí y este corrió con la misma suerte que el anterior, al igual que el anterior lo amarro y arrastro pero esta vez el avance era mucho más difícil pues los dos animales juntos debían pesar unos ochenta kilos y sumándole que continuamente se atoraban entre los arboles eso era agotador, hasta que por fin pudo ver una fogata que debía ser de su padre, cuando se acerco a la fogata su padre dio un sobresalto.

-¡Ah! Eres tu Amir pensé que sería otro militar sabes hace un rato vi pasar unos en una camioneta a toda velocidad - decía su padre hasta que vio los dos inmensos jabalíes- ¿Pero qué rayos traes ahí Amir?

-¡Comida!- dijo Amir con el mayor entusiasmo que pudo pues se encontraba exhausto.

Su padre se lleno de lágrimas de felicidad y corrió a abrazarlo con fuerza.

-Tu madre y hermanos se sentirán muy orgullosos....

Su padre se retiro de repente asustado por que al abrazarlo había sentido la sangre que había derramado aquel hombre encima de su pecho y había dejado una gran mancha en su camiseta.

-¿Que es....?

-¡Ah esto! no es mía es de un jabalí - dijo Amir tratando de parecer despreocupado.

No sabía porque pero había preferido mantener en secreto el encuentro con aquel hombre por lo menos hasta aclarar la ideas dentro de su cabeza. Su padre por su parte al principio parecía incrédulo pero al mirar de nuevo lo jabalíes recordó lo que significaban y sumado al hambre que tenia alejo su mente de aquello.

-Bueno ¿que esperamos? Preparemos un gran pedazo de ese suculento Jabalí.

Cortaron un pedazo del Jabalí y se sentaron a comer muy a gusto, después se acostaron pues mañana les esperaba un largo viaje de regreso a casa.

Durante la noche Amir tuvo pesadillas recurrentes con aquel hombre, en unas incluso el hombre le había arrancado de tajo una buena parte del rostro con una mordida.

Y ahí estaba solo Amir en medio de la sabana entre la hierba alta, todo era oscuridad solo podía escuchar un gruñido de algo que parecía estar dando vueltas alrededor de él, nerviosamente el sostenía su arco temblando y sin saber hacia dónde apuntar con la flecha, de entre las hierbas surgió la silueta de un hombre que se acercaba lentamente hacia él con paso decidido, cuando por fin lo pudo distinguir era el mismo hombre con la boca llena de espuma como si estuviera rabioso, se lanzo sobre él, Amir dejo caer el arco, los dos quedaron forcejeando tomados por los brazos pero la inusual fuerza del hombre era irresistible y lentamente se iba acercando a su yugular con la boca abierta mostrando sus filosos y amarillentos dientes hasta que Amir se dio por vencido y pudo sentir esos dientes entrar lentamente como cuchillos calientes en la carne de su rostro podía sentir la sangre escurriendo a grandes chorros y como el hombre se apartaba masticando su cachete…

-¡Amir, despierta!

Amir se despertó con un sobresalto, con dificultad abrió sus ojos e inmediatamente la luz hizo que sus pupilas se encogieran, se reincorporo de apoco mientras su papa le decía que debían irse deprisa a casa pues les tomaría casi todo el día regresar a casa, cuando estuvo completamente de pie tomo el arco y al verlo de nuevo se embriago de felicidad al recordar los dos jabalíes, que representaban por lo menos un mes de alimento para su familia.

Cuando su padre hubo apagado el fuego y amarrado los dos animales partieron abriéndose paso entre la inmensa hierba que cada vez estaba más seca, la sabana aclamaba y rogaba por agua al igual que sus habitantes. Su padre decidió que no debían acercarse a la misteriosa base militar por su seguridad, así que rodearon el lugar con una prudente distancia, Amir caminaba muy cansado bajo el incesante sol, casi parecía que el suelo iba a prenderse fuego de bajo de sus pies, de repente a lo lejos se escucho el sonido de lo que parecía un helicóptero y efectivamente un minuto después pasaba un inmenso helicóptero encima de ellos, era inútil tratar de esconderse no había ningún árbol a la redonda pero para suerte de ellos el helicóptero solo iba de paso, para Amir era amargamente familiar el sonido de los helicópteros ya que años atrás su pueblo y varios cercanos se habían visto envueltos en protestas hacia el gobierno, el cual respondió con helicópteros y hombres que les disparaban con sus fusiles desde el aire.

El resto del día transcurrió sin novedad, salvo por el milagro en el cielo, las nubes por fin parecían estar juntándose y cada vez eran más negras y esto abría el paso a la esperanza tanto para los animales de la región como para los habitantes de la región.

Ya para casi las cuatro de la tarde Amir diviso un pueblo a lo lejos, cuando faltaban unos cincuenta metros para la casa más cercana su padre y el no soportaron la alegría de estar de nuevo en casa y  terminaron su camino corriendo hasta que se adentraron en pueblo, un pueblo que denotaba su pobreza apenas se entraba en el, las casas eran de adobe con techos de lamina, algunas carecían de ventanas algo que debía ser muy duro en ese clima brutal, caminaron por lo que parecía la calle principal de pueblo sin detenerse, las calles parecían estar extrañamente vacías era algo muy inusual, casi siempre se podía ver niños jugando personas trabajando y vendedores en cada esquina.

Al llegar a la casa de Amir su padre abrió la puerta de golpe y todos dieron un sobresalto hasta que una señora gordita que traía una pañoleta en la cabeza grito.

¡Yazeed, Amir han vuelto!

La mujer corrió a toda prisa y los abrazo con fuerza, alrededor de la mesa polvorienta y casi vacía donde solo había unos cuantos granos de maíz estaban dos niños más chicos  que Amir de unos siete y cinco años junto a su hermana menor de unos tres años, los tres hermanos menores de Amir también se unieron al abrazo.

-¿Qué han traído Yazeed? – preguntó su mujer muy emocionada

-Bueno… estos Jabalíes, en realidad Amir los cazo solo durante la noche.

Todos en la casa lo voltearon a verlo, lo cual hizo que Amir se sonrojara bastante a pesar de su tez oscura, al final Amir sonrió y su madre lo abrazo con fuerza.

-Veo que te has convertido en un hombre Amir – dijo un anciano que salía de lo que parecía ser la cocina.

Amir corrió al lado de su abuelo y se puso a contarle la historia de su cacería.

-Bueno mujer, prepáranos la cena, creo que hablo por todos al decir que estamos hambrientos.

Yazeed y su mujer salieron hacia la cocina, su esposa empezó a prender un fogón que parecía no haberse encendido en una larga temporada, pues estaba completamente cubierto de ceniza, el señor se sentó en una vieja silla de madera mientras encendía un cigarrillo, todo les parecía mejor ahora que tenían comida suficiente.

-Oye por cierto porque hay gente en la calle.

-Ah sí, lo había olvidado casi cuando partieron tu y Amir una epidemia de rabia a azotado la región no saben si algún animal infectado ha mordido a alguien, las autoridades dicen que las vacunas llegaran la próxima semana, pero yo, francamente lo dudo.

-Vaya y ha habido víctimas.

-Creo que dijeron que hay cuatro muertos pero tu padre sospecha que están encubriendo la realidad, ayer vimos como los vecinos sacaban un  cuerpo cubierto en sabanas.

El señor Yazeed desistió de la plática y se asomo por una ventana llena de cochambre en busca de algo más feliz que los recientes acontecimientos en el pueblo.

-Parece que por fin esta noche tendremos algo de lluvia ¿no lo crees?- dijo el hombre sonriéndole al cielo.

La mujer asintió con la cabeza mientras ponía en el comal algo de masa para formar unas tortillas enormes de harina.

Todos se reunieron para la cena y platicaron y rieron como hacía ya mucho tiempo que no hacían, por su parte Amir no había recordado el altercado en el bosque incluso sentía grandes ganas de irse a dormir y descansar.

-Hasta mañana, creo que me iré a la cama – dijo Amir mientras se levantaba de la mesa

Amir salió hacia su habitación con pasos cansados, al llegar a su habitación que compartía con sus hermanos se tiro sobre un viejo colchón en el suelo y se quito sus viejas botas, se tiro sobre el colchón y  casi al instante se quedo completamente dormido.

Amir se despertó a media noche por el golpeteo que hacían la lluvia incesante en el techo de lamina, no podía dormir y se levanto, al otro lado de la habitación dormían sus hermanos la lluvia no parecía afectarles como a él. Se levanto y corrió la cortina que cubría la ventana del cuarto, la ventana daba hacia la calle delante de la casa, a su derecha vio como los habitantes de unas casas mas allá salían corriendo mientras gritaban, parecían muy asustados y miraban recelosos la puerta de su propia casa, pasados unos segundos salió una mujer de mediana edad que parecía ser la madre de familia, caminaba encorvada como si fuera un mono, los observo a todos por un momento y dio un salto con una rapidez sorprendente lanzándose contra el señor que parecía ser su esposo, al principio Amir creyó que era similar al encuentro que él tuvo en el bosque con aquel hombre extraño que parecía rabioso, pero las cosas empeoraron en segundos la mujer  derribo al hombre sobre el suelo mojado, la mujer hundió sus manos en su abdomen y este se abrió con una facilidad inusual, la mujer jalo sus tripas y empezó a llevárselas a la boca para saciar su hambre voraz, francamente aquella escena era algo muy grotesco.

Amir quedo en shock por un momento tratando de darle algún sentido en su cabeza  a lo que acababa de ver ¿Cómo era posible que la mujer hiciera eso? Amir volvió a la ventana y a mujer seguía devorando al hombre enfrente de ellos, Amir apenas podía contener las ganas de vomitar pero una mujer arrodillada que cubría un niño pequeño llamo su atención ¿Por qué no huyes? Pensaba Amir con fuerza como esperanzado en que aquella mujer pudiera oír lo que pensaba, Amir se levanto deprisa y tomo su pequeño cuchillo estaba decidió a entrar en acción y ayudar a la mujer y al niño corrió hacia ellos bajo la lluvia, casi no podía ver por el agua que le daba en la cara, cuando se acerco lo suficiente tomo a la mujer de la mano y le indico que corrieran, estaban a media calle cuando se escucho el ruido de un motor de Jeep, Amir entro en pánico y no supo qué hacer, de pronto una mano tiro de él hacia un callejón, como Amir no había soltado a la mujer ella también lo siguió.

-Pero qué demonios, ¡suéltame imbécil…!- decía Amir mientras forcejeaba y sacaba su cuchillo-¿Abuelo?

-Shhhh- dijo su abuelo para que guardaran silencio.

La mujer tapaba la boca del niño que no dejaba de sollozar, la camioneta había llegado frente al hombre y la mujer, la mujer dejo de comer y levanto la mirada como en pose de ataque, del Jeep bajaron dos militares con sus Ak-47 bien afianzadas, el que iba manejando corto cartucho pero una mujer rubia muy hermosa que salió de detrás del Jeep le sujeto el arma para evitar que disparase el soldado.

-Apártese doctora Stewart.

La mujer no se aparto y seguía evitando que el soldado disparara.

La mujer que ataco al hombre que hasta entonces seguía inmóvil empezó a avanzar lentamente hacia ellos, pero el otro soldado atemorizado soltó todo su cargador sobre el pecho de la mujer, esta se detuvo un instante pero no cayó al suelo como habría sido normal, al contrario parecía haber enfurecido y ahora corría directo al soldado que le disparo, al ver esto trato de cargar de nuevo pero los nervios lo habían traicionado, el otro soldado logro quitarse a la doctora de encima y soltó un único disparo que le dio de lleno en el cráneo a la mujer, esta vez callo de lleno sobre el suelo húmedo y una espeso liquido negro salió de su cabeza en lugar de sangre.

-Gracias Roger esas bestias son imparables – dijo el hombre muy aliviado.

-De nada

La mujer que se encontraba más calmada soltó un grito muy fuerte, los dos soldados voltearon de inmediato y vieron como el hombre que yacía destripado en el suelo se empezaba a poner de pie.

-¿Pero qué demonios es esto? Este mundo se está yendo a la mierda…-dijo el abuelo que no había dicho nada hasta entonces.

Los soldados y la mujer escucharon lo que había dicho el abuelo pero no pudieron verlo pues seguían escondidos en un callejón, Roger le disparo en la cabeza al hombre  e inmediatamente regreso al suelo.

A lo lejos se escucharon los inconfundibles disparos de otro AK-47.

-Debemos irnos – dijo Roger a la doctora y a su compañero.

Al instante los dos soldados subieron al Jeep junto con la doctora y salieron a toda marcha en la dirección que se habían escuchado los disparos. Amir seguía paralizado del susto al igual que la mujer y el niño, por su parte el abuelo no perdió el tiempo y les dijo que lo siguieran, Amir se encontraba muy mareado pero por lo menos podía ver, la lluvia parecía haberse detenido por fin, entraron a toda prisa por la parte de atrás de su casa, la mujer se sentó muy nerviosa en un viejo sillón de la casa junto al niño que extrañamente ya no sollozaba.

-Lo siento mucho - dijo Amir mientras caminaba hacia la mujer.

Ella levanto la cara y Amir quedo muy sorprendido al ver sus hermosos ojos claros llenos en lagrimas.

-¿Niara?...Lo siento no te había reconocido.- dijo Amir desconcertado.

Niara era una chica apenas un año mayor que Amir, a él siempre le había gustado Niara desde que podía recordar pero nunca se había atrevido a decirle nada, solo eran amigos, pero aun así no eran muy cercanos. La chica no dijo nada y solo se quedo mirándolo hasta que no resintió el llanto, inmediatamente Amir quiso consolarla y se sentó a su lado y la abrazo torpemente pero pareció funcionar pues la chica por fin hablo.

-¿Cómo pudo pasar esto? mi madre hace unas horas solo tenía fiebre muy alta… Estábamos dormidos y entro en mi habitación e intento atacar a mi hermanito…

Amir no supo que contestarle, el estaba igual de desconcertado que ella, no sabía que les pasaba a esa personas que de repente parecían querer comerlos, en la habitación entro su abuelo muy agitado parecía que no había perdido el tiempo y había despertado a todos en la casa, cargaba un largo machete en su mano derecha, lo afianzaba con tanta fuerza que parecía parte de su brazo.

-Nos largamos de aquí – dijo el abuelo con mucha autoridad.

La madre de Amir desconcertada trato de disuadirlo para que cambiara de idea pero fue inútil el abuelo estaba muy decidido.

-Tiene razón mujer debemos irnos – dijo el señor Yazeed mientras observaba por la ventana como se veían unas casa incendiadas a lo lejos y en la calle se escuchaban los gritos de la gente sumado a las ráfagas de disparos que no cesaban.

Se juntaron todos en la puerta trasera de la casa respiraron muy profundo como si se fueran a sumergir bajo el agua y salieron bajo la oscuridad.

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