Parte 1: Un día, cuando despiertas[]
Fue de repente. Un calor recorrió desde mi cabeza hasta los pies y luego sentí un ardor en mis pulmones. No podía respirar, solo abría la boca para que el aire entrara y saliera. Recuerdo que aun no veía nada, o más bien, no quería ver nada. Se calmó el ardor para luego salirse por mi nariz, sentí un alivio muy grande. Empecé a notar una puerta. Observé mis manos. Seguían en el piso y cuando quise levantarlas no podía. Estaba adolorido. Pero lo peor de todo, no recordaba por qué.... solo recuerdo que había un agujero profundo en mi pecho y en la cabeza. Dos minutos después sentí de nuevo el ardor pero esta vez en mis piernas, y luego se pasaron a mis manos. Después de unos minutos de intenso dolor me levanté. Inconscientemente. Solo recuerdo que de repente caí de nuevo estampándome contra la puerta. Lo sé, muy estúpido. Lo bueno es que me recargue sobre la puerta poniendo una mano para impulsarme hacía atrás. Después de recuperar la estabilidad de mi cuerpo tome una manija de la puerta y la jalé. No abrió. Estaba más que exhausto, el aire me faltaba. Recobraba poco a poco las fuerzas. Intente nuevamente con todas mis fuerzas (O al menos las que tenía en ese momento) y sentí la manija dura, la puerta topaba con el piso haciéndola aun más dura de jalar. Seguía intentando hasta que por fin la abrí lo suficiente como para que mi cuerpo pasara por ahí. Pase a muy duras penas, por poco no lo logro pero al instante me caigo, sentí un doloroso golpe en la rodilla que de inmediato se recorrió a todo el cuerpo. Me quedé tirado por unos 20 segundos con los ojos totalmente cerrados y cuando los abrí, estaba todo borroso, una luz azul y moribunda me indicaban que era muy tarde, respire hondo. Note poco después que hacia frió, demasiado. Cuando recuperaba mi vista visualicé una explanada, un punto de reunión. La nieve empezaba a caer. Quería levantarme del suelo pero algo me lo impedía, temblaba. Me recargue de lo que pude, vi una escaleras y me dirigí hacía ellas, estaba tambaleándome de un lado a otro, sin ver casi nada. Estaba perdido, no sabía qué hacía allí, o como había llegado allí ¿Qué estaba pasando? No lo sé, solo sabía que no me importaba o simplemente no hacía caso a tal situación. Subiendo las escaleras estaba agarrado del barandal, uno por uno subía cada escalón sintiéndome mareado. Por poco vomito. Estaba mejorando en cuestión de vista, y lo primero que vi fue mi playera. Tenía el escudo de un colegio, en ese momento no sabía qué cosa era, no me acordaba de nada y por lo visto, antes de perder la memoria estaba estudiando, en clases. Sentí que me movía más rápido, por lo que anduve hasta llegar a otro barandal que me mostraba el paisaje donde me encontraba. Con la poca vista que tenía veía unos cuantos edificios, era una escuela obviamente porque también vi el escudo dibujado en una pared, ese escudo lo tenía en mi playera donde me suponía que tomaba clases. A parte empezó todo a mejorar, el sonido lo recuperaba, como si me hubieran sacado de un infierno por fin sentí la vida, me sentí libre, feliz, hasta esto. Recuperando la movilidad y sentirme mejor que nuca logre ver a mi lado derecho dos hombres que al parecer y claro que me asuste al saber que estaban comiendo humanos… ¡Por dios! ¡Humanos! Olían a putrefacto, asqueroso… por un momento desee perder la nariz. Vi que estaban inclinados, al parecer vestían lo mismo que yo, por lo que deduje que eran alumnos de la institución. Luego me acerqué hacía ellos, normal. Empecé a hablarles:
-¡Chicos, chicos, vengan!
Uno de ellos al parecer me hizo caso mientras el otro estaba agachado. El primero volvió la cara hacía mí, me asusté. Por un segundo pensé que era feo de naturaleza pero me di cuenta que no; la cara estaba decaída, la mitad del labio lo tenía colgando, note que le faltaba un ojo. Tenía huecos por todas partes, la ropa desagarrada, asco, asco total… cuando recuerdo eso, aun me dan escalofríos. El “sujeto” se acercaba a mí y yo asustado sabía que algo andaba mal y como estaba en el segundo piso tenía que bajar las escaleras. Rápido reaccione y me di la media vuelta bajando la mitad de las escaleras me encontré con la desdichada suerte de más criaturas ¿Cómo no vi eso cuando iba subiendo estas mismas escaleras? Claro… iba moribundo. Sin más espera decidí subirlas de nuevo pero ¿Cómo escabullirme luego si mi movilidad no está al cien? No lo sé, no pensé en eso. Subí de nuevo, “rápido Dave, más rápido” pensaba y pensaba a cada escalón que subía. Cuando por fin volví al lugar donde empezó mi angustia… me desespere. Un ataque de ansia me colapsó, pero logre controlarlo. Volviendo a la normalidad (Si así se le podía decir) noté que estas “cosas” no eran de lo más rápido, ya que apenas los veía terminando de subir las escaleras pero aun así, estaban por doquier. Yo en el borde, rodeado de esas cosas raras… pues obviamente saben que hare ¿No? Pues, salte… salte cerrando los ojos porque no sabía si lograría sobrevivir a la caída. Sentí un ligero golpe en los pies, caí prácticamente de pie, solo me repuse para estar completamente de pie… luego abrí los ojos lentamente. Había más de esas cosas ¿Qué demonios era eso y porque soy alguien “normal” y ellos no? En ese momento no podía ponerme a reflexionar ya que “ellos” venían hacía mi. Inconscientemente, desperté. Desperté de una manera increíble, me sentí fuerte, rápido, imponente. Sabía que quería sobrevivir. Entonces corrí hacia ellos, como si no me importara vivir (Sabía que esas cosas podrían matarme), como si volara, como si por primera vez en mi vida, hubiera descubierto lo que es estar vivo. Salté. Salté muy alto, demasiado para ser verdad. Con el impulso que traía mis pies tocaban sus cráneos y pues decidí cruzar a través de ellos para poder salir del lugar. Uno, tras otro, iba contando cada cabeza que tocaba, una… dos… tres. Lo hacía con tal rapidez que en unos cuantos segundos llegué al barandal que dividía el “colegio” de la calle. Solo salte hacía el otro lado aprovechando que se movían lento. No sé, el salto fue bastante genial ya que fue como acrobático. Ya del otro lado, me sentí más seguro, pero logre ver más de esas cosas…